Habitualmente hay dos maneras de organizar toda la "cacharrería".
Por una parte, una organización o arquitectura centralizada en la que un elemento controlador hace de "jefe" y todo el resto de instrumentos se conectan directamente a él para poder ser controlados. Está pensada para cableados especiales dedicados a la red domótica.
La otra forma de organizar la red es a través de una arquitectura descentralizada o distribuida, que consiste en repartir varias unidades de control por determinadas zonas de la casa que se encarguen solamente de parte de los elementos que precisan control, "repartiéndose las tareas" entre varios "jefes" por explicarlo de alguna manera que se pueda entender fácilmente. Todos estos aparatos o "nodos" se comunican entre sí a través de los llamados buses de comunicaciones.